sábado, 16 de enero de 2010

LOS SABERES DE MIS ESTUDIANTES


LOS SABERES DE MIS ESTUDIANTES

Por: Cuitláhuac García Jiménez

De acuerdo a una encuesta realizada en la segunda semana de enero de este año, puede obtenerse información valiosa acerca de lo que los alumnos del 5° semestre del CETIS 134 de Banderilla, Ver., saben hacer en Internet. Además, dicha encuesta también fue aprovechada para dar un panorama mucho mayor sobre el uso de la computadora y el Internet entre estos estudiantes.

Por ejemplo, es notorio el nivel económico-social de los estudiantes. Casi la mitad de ellos (48%) no cuenta con computadora en su casa, el 58% entra a Internet en un Cybercafé[1], y más del 40% no puede pagar el acceso diario a estos negocios. Debe tenerse presente que la escuela está en un municipio anexo a la capital del Estado y cuenta con todos los servicios públicos (agua, luz, teléfono, drenaje) en buena parte de la mancha urbana.

La encuesta revela que todos los alumnos han hecho uso del Internet por lo menos alguna vez, casi todos tienen correo electrónico y casi todos conocen la página enciclopédica Wikipedia. Sin embargo, un punto alarmante es el alto porcentaje de alumnos (33%) que han visto pornografía, aunque sea de manera accidental, en la red. También tiene que señalarse que el uso más extendido en la computadora personal, no es el acceso a Internet, si no que este uso es más bien del tipo académico por parte de los estudiantes, ya que el 79% dijo usar más los programas del paquete Office de Microsoft, como Word que entre el 50% es el más usado, 11% usan más PowerPoint y 8% usan más el programa Excel.

Algo característico ahora en los jóvenes, según revela la encuesta, es el uso de Internet para obtener música. El 13% dijo usar más los programas para localizar y “bajar música como el programa Ares (8%) y Limewire (5%), que otros programas de diferente uso. El 31% reveló hacerlo mucho, el 42% a veces, el 13% casi no y solo el 3% dijo no hacerlo. Sin embargo, en el uso del Internet sigue siendo preponderante la conversación mediante el “messenger”(45% lo hace mucho), consultar el correo electrónico (42% lo hace mucho) y la búsqueda de información a través de Google (58% lo hace mucho).

Con respecto a las ideas de Jordi Adell, los estudiantes de esta escuela revelan ser apenas consumidores de información, de muy poca creatividad y nula creación de nueva información académica o científica para compartir en la red. Por ejemplo, las páginas internéticas como Facebook, Metroflog, Hi5 que usualmente requieren cierta edición de información (aunque diversa y superficial casi en su totalidad) no son muy utilizadas por estos estudiantes: 38% no lo hace o no tiene, del resto 22% casi no lo hace y apenas el 13% dijo hacerlo mucho.

Finalmente, cabe señalar que en estas fechas no hay actividades por cambio de semestre y no se pudo realizar ninguna actividad para que aquellos que supieran cosas más avanzadas en el uso de Internet las pudieran compartir con sus compañeros.

CONCLUSIONES SOBRE EL USO DE INTERNET

  1. Todos los alumnos tienen acceso a Internet y la gran mayoría sabe localizar información en la red.
  2. Una actividad que requiera el uso de Internet solo debe llevarse acabo con una frecuencia no mayor a 1 ó 2 veces por semana.
  3. Debe darse una capacitación y motivar a los estudiantes sobre el uso creativo de información para compartir en Internet.
  4. Debe guiárseles para que localicen otro tipo de información, más científica y académica.
  5. El 13% de los estudiantes pueden ser líderes de equipos en una actividad creativa sobre el Internet. Esta actividad puede realizarse en la escuela pues cuenta con computadoras y el servicio de red.

[1] Negocio que provee el servicio de Internet en renta de computadoras personales por hora.

lunes, 11 de enero de 2010

LA AVENTURA DE SER MAESTRO Y MI HISTORIA PERSONAL

La aventura de ser maestro y mi historia personal

Por Cuitláhuac García Jiménez

¿Qué relación guarda "El malestar docente" con nuestra historia personal y qué hacemos o podemos hacer para combatirlo?

Me asombra un poco que siendo José Manuel Esteve un profesor español, sus observaciones allá retraten la generalidad de la problemática que enfrentamos algunos profesores mexicanos del nivel medio superior aquí. En efecto, gran número de maestros no contamos con la formación normalista. Es mi caso personal.


Aunque el autor refiere que "nadie nos enseña a ser profesores y tenemos que aprenderlo nosotros mismos por ensayo y error", debemos dimensionar tal afirmación porque no podríamos cometer errores sin tener en cuenta que las consecuencias pueden ser graves; pues estamos, a este nivel educativo, formando personas. En mi manera de concebir la enseñanza, ésta es un arte heurístico que no puede aprenderse sólo teóricamente; sin embargo, sí debe existir una profesionalización académica de la labor docente. La práctica debe entonces ser el complemento sin necesariamente significar esto un ensayo de prueba y error.


Pero si hemos de ver la realidad, así sucede (esta fue mi experiencia inicial): enfrenté a un grupo de alumnos con solo la herramienta de mi propio entender de lo que es la docencia. Fui ciertamente afortunado de iniciarme como maestro en el nivel universitario primero. Ya cuando arribé al nivel medio superior tuve rápidamente que adaptar mi experiencia docente siguiendo los consejos y advertencias de un pedagogo (mis padres son maestros normalistas). También me ví agraciado por otra experiencia que resultó, ahora lo valoro mucho, enriquecedora en la práctica docente: de muy joven debí enseñar a mi hermano menor quien padecía un retraso psicomotriz que le causaba cierta dislexia. Esto me permitió entender la enseñanza desde el lado de alguien que tiene problemas graves de aprendizaje.


He de reconocer que en ocasiones me he enfrentado a grupos muy difíciles (bajo rendimiento, total desinterés, nivel socioeconómico muy bajo, escasos materiales de trabajo y una infraestructura muy pobre) y me he visto limitado en mis recursos pedagógicos. En una ocasión al grado tal que comprobé lo que el texto de Esteves dice ante estos casos "no hay más que una alternativa: o los enganchas en el deseo de saber, o los vas dejando tirados conforme avanzas en tus explicaciones". La segunda opción te lleva a un fracaso ciertamente.


Considero que sí he aprendido de mi propia experiencia magisterial, pero difiero en algunas ideas respecto a lo que Esteves afirma, o con mayor precisión, creo falta complementarlas. Él insiste, al menos así se lee en su ponencia, que "transmitir el sentido de la sabiduría" es el sentido fundamental de la enseñanza para que los alumnos logren "entenderse a sí mismos y explicar el mundo que les rodea". En mi parecer no debe quedarse ahí la enseñanza, sino debe también ser un motor de cambio del medio que nos y los rodea.

MI CONFRONTACIÓN CON LA DOCENCIA

Cuitláhuac García Jiménez

Mi profesión de origen:

¿Cuándo, cómo y por qué me inicié como maestro?

¿Qué pienso y siento de ser profesor?

¿Qué ha significado ser docente en educación media superior?

¿Qué motivos de satisfacción tengo?

¿Qué motivos de insatisfacción reconozco?

Mi formación profesional no es normalista. Cuento con una licenciatura, una especialidad, una maestría y un doctorado todos en el área de la ingeniería electromecánica. Estudié en la Facultad de Ingeniería Mecánica Eléctrica de la Universidad Veracruzana (FIME-UV), hice una especialidad en ingeniería eléctrica en el Instituto Politécnico Nacional, soy titulado de una maestría en control automático avanzado en la Universidad de Manchester, Inglaterra y estudié el doctorado (no titulado aún) en la Universidad Técnica de Hamburgo, Alemania. No obstante mi formación técnica, creo tener cierta vocación de maestro que creo cultivé antes de haber llegado a la docencia en el nivel medio superior: desde hace más de 5 años, me integré como catedrático de la FIME mediante examen de oposición. Mis padres que son maestros normalistas veracruzanos y egresados de la Normal Superior de México han aclarado muchas de mis dudas metodológicas sobre la enseñanza. También de adolescente tuve un reto muy grande: debí ayudar en sus tareas y exámenes de la escuela a uno de mis hermanos menores.

Cuando me integro a la planta docente del CETIS no. 134 de Banderilla, Ver., me planteo una meta al constatar que muy pocos egresados de ese bachillerato se incorporaban al nivel universitario; por ejemplo, de los alumnos con la especialidad técnica en máquinas de combustión interna menos de tres o ninguno entra a la FIME porque muy pocos solicitan el examen de admisión y casi ninguno lo pasa. De tal forma que sumé un objetivo adicional dentro de las metas como profesor: mejorar dichas estadísticas del CETIS.

Y antes de partir con un plan “maestro” debí averiguar las causas de tal situación escolar de los egresados que les impedía continuar estudiando. El panorama percibido fue que la causa principal es económica. Otra causa observada fue que los estudiantes han aprendido a sobrellevar las materias con poco esfuerzo debido a métodos de evaluación que exigen muy poco desarrollo intelectual del joven. Los alumnos ahora saben quienes son los maestros “barcos” y se han enterado que algunos profesores, atendiendo las recomendaciones para no reportar un alto índice de reprobación y deserción escolar, deciden disminuir el nivel de dificultad de sus exámenes objetivos. Por otra parte, el bachiller de nuestro plantel se desenvuelve en un ambiente sin cultura, antisocial (vandalismo y alcoholismo) e influenciado por la televisión.

He aquí que concibo mi compromiso como profesor, proporcionar la educación a estos jóvenes para que modifiquen y resuelvan la problemática que enfrentan, que en mi parecer no pueden dichas enseñanzas ser basadas en las limitadas y conductistas competencias; pues concibo que debe educárseles de una forma integral, para que ante una realidad de desempleo, crisis económica, narcotráfico y de gobiernos corruptos y oligárquicos, se desenvuelvan con una actitud crítica, un amplio criterio y visión global de los problemas, y con el ímpetu para superar obstáculos y por adquirir mayores conocimientos en beneficio de una colectividad.

La tarea que me planteo no es simple y los logros se diluyen, más aún tratándose de jóvenes del nivel medio superior, que a diferencia de los del nivel universitario, deben atenderse todavía aspectos formativos, y por lo mismo demandan mayores conocimientos psicopedagógicos. Sin embargo, sí he encontrado algunos motivos de satisfacción en el papel que desempeño, a parte de la gratitud expresa de algunos, me da gusto encontrarme en la universidad con exalumnos míos. Pero sí he de hacer una crítica a mi propio desempeño docente debo reconocer el alto índice de reprobación en mi materia.

MI CONCEPCIÓN DEL ENSEÑAR

Para mí el enseñar es un arte, y como todo arte, si partes de una planeación rígida y preconcebida no podrás crear, sino repetir esquemas. Si acaso lo que se requiere en ese sentido es un plan “maestro”; como un pintor que en su pretensión de crear una obra de arte tendría apenas un bosquejo y una previsión del material que tiene y las circunstancias en las que va a “trabajar”. Pero eso de nada serviría si no se cuenta con el conocimiento, la técnica y una vocación desbordada por pintar.