martes, 8 de junio de 2010

LA TRIVIALIDAD Y LA EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE

¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?


Por Cuitláhuac García Jiménez [mód. 2 semana 6, actividad 6.1 d)]


La pregunta es capciosa. En un solo cuestionamiento se trata de inferir sobre dos aspectos. Primero. Se califica de antemano al aprendizaje: lo tilda de trivial; por lo que cualquier mente sensata negaría el cuestionamiento ¿el aprendizaje es algo tan trivial? No, obviamente no.


Después la pregunta se refiere a si con cuestionamientos “simples” se puede medir el aprendizaje a cabalidad. La respuesta sensata es que no, pero cuál sería la respuesta si se preguntara así ¿y con preguntas complejas?


Mi respuesta es que sí se puede observar y medir el aprendizaje con base en preguntas, todo depende de la forma de la pregunta y en la circunstancia en que se hace. En este sentido, la elaboración y diseño de los cuestionamientos no son simples, y más bien esos procesos culminan en preguntas complejas.


¿EL ENFOQUE DE COMPETENCIAS ESTÁ VINCULADA A UNA CONCEPCIÓN DEL APRENDIZAJE?

¿QUÉ CONCEPCIONES DE APRENDIZAJE SE PRETENDEN APLICAR CON LA ENSEÑANZA BAJO EL ENFOQUE DE COMPETENCIAS?


Por: Cuitláhuac García Jiménez


Sin demostrarlo, se nos ha dicho a lo largo de la Especialidad en Competencias Docentes para la enseñanza media superior (EMS), que la reforma integral para la EMS (RIEMS) justifica sus pretensiones de enseñanza por competencias en el constructivismo. Se ha omitido el análisis pedagógico y didáctico detrás de la propuesta oficial que demuestre que tal enfoque por compentencias terminará siendo constructivista a la hora de la clase en el contexto que el maestro pudiera enfrentar. En mi opinión, la mayor parte de las competencias invocan quizá una actividad constructivista pero en la práctica termina por ser conductista. La relación entre competencias y constructivismo no puede ser solo declarativa, debe demostrarse la conexión directa entre el enfoque de competencias y las corrientes pedagógicas que en efecto producen un aprendizaje que se queda y es utilizado reflexiva y dialécticamente[1]. Es más, al definir que la competencia es una capacidad, en mi opinión, pierde el sentido construcitivista que pudiera tener.


Aún más, en el enfoque de competencias se pretende confundir el mecanismo de aprendizaje con la sustancia del aprendizaje, y se termina por sustituir “el contenido” por “el método” en los objetivos de la enseñanza. Por ejemplo, en el documento de la reforma se presenta una lista de competencias disciplinares, y no existe alguna que diga “el alumno conoce o sabe” tal cosa o concepto. Este abandono intencional del contenido (que no está planteado en el constructivismo) tiene repercusiones; basados en competencias podríamos estar defraudando alumnos haciéndolos creer que ya saben cuando en realidad los hemos apenas entrenado para ciertas habilidades (en el caso más ideal). Falazmente podría sostenerse que una vez “entrenado” el alumno, él mismo podrá construir su propio aprendizaje (e incluso con ello alegar un enfoque constructivista); sin embargo, esa suposición trata de desconocer el contexto en que se desenvuelve el estudiante. La inmensa mayoría de los jóvenes asisten a la escuela desmotivados y rodeados de un ambiente social adverso hacia el estudio, esa es la realidad diaria que enfrenta el docente. Si la realidad fuera otra, veríamos las bibliotecas llenas y nuestros alumnos competentes, estarían ávidos de conocimiento científico ¿pero es así la realidad en nuestras escuelas de bachillerato? No. La oportunidad que tenemos los maestros de tener un alumno en el aula debe aprovecharse para darle otra perspectiva científica y de cambio a su realidad, mediante contenidos que conozca y sepa (adquiridos en la estrategia constructivista o racionalista), para que los pueda sostener dialécticamente en su paso por en nivel medio superior; y no limitarlo a una adquisición de destrezas y habilidades mediocres que a la par lo harán aceptar sin cuestionar un mercado laboral donde no hay sindicalizados, ni derechos laborales, y sí hay mucha mano de obra barata. La enseñanza basada en competencias pretende distraer al docente en una planeación educativa donde se forme el alumno sin percatarse de la situación social llena contradicciones económicas y capitalistas y esto pase a un plano que no se analiza ni mucho menos se cuestiona.


Por ello, sostengo que la discusión no solo debe centrarse en el cómo se enseña, sino también en el qué se enseña y para qué. Mis respuestas a estas preguntas centrales no coinciden con las que se persiguen mediante el enfoque de competencias.

Pero por ahora, sigamos en la discusión del “cómo”. Regresando a la pregunta central de este ejercicio, voy a citar parte del documento “Competencias Genéricas y el Perfil del Egresado de la Educación Media Superior”[2]. En él se establece la estructura de los enunciados de las competencias (pág. 12 y 13): verbo + contenido + situación en contexto. Muy similar a la estructura que se recomendaba en los 70’s con la educación por objetivos ¿Qué hay de nuevo? Sólo alguna terminología constructivista que ahora se “unta” a las competencias.


La programación de una clase bajo competencias esquematizadas así podría dar lugar a una metodología conductista[3] a la hora de enfrentar las circunstancias adversas suscitadas al momento en las clases como: desatención del alumno, falta de material, desmotivación y apatía generalizada en los alumnos, estudiantes con deficiencias anteriores, suspensión de clases, poco tiempo para impartir un tema, no hay luz, no funcionó el cañón de video, no hay Internet, no hicieron la tarea, el alumno que iba a exponer no vino, muchos copiaron la tarea, entregaron portafolios de “evidencias” y no recuerdan casi nada de lo que pusieron ahí, haces un examen objetivo de diagnóstico y te das cuenta que casi no saben nada del curso anterior, solo uno pasa el examen tipo PISA y solo tres los exámenes de la ENLACE, leen párrafos simples y no los comprenden, no saben redactar sus ideas, hay un alumno inquieto e insoportable, otro que opina que tus ejercicios son para tontos, y varios que están pensando en la novia o novio y no les importa lo que les digas en clase, etc. Porque estas son circunstancias típicas y frecuentes en nuestra realidad escolar, la planeación instrumentada bajo las “secuencias didácticas por competencias” es una nulidad inoperante. Y si te apegas a tal planeación a pesar de los imprevistos, se termina conduciendo al alumno, y a veces obligándolo, a realizar las actividades previstas de manera totalmente guiada y mecanizada.


Por ello, yo he insistido que la planeación debe tener un enfoque que yo caracterizo como sui-generis in-situ, es decir, apegada al contexto de su propia realidad escolar y de una versatilidad tal que al profesor le permita sortear las adversidades que al momento, en el lugar donde imparte la sesión, surgen, y logra que el alumno adquiera el conocimiento (venga este de donde venga) a pesar de tales adversidades. No se requiere por tanto una planeación definida al detalle o rígidamente, mucho menos con competencias señaladas por sesión o tema; se necesita un plan maestro, que enmarque las guías generales que se tratarán de seguir, pero con una visualización somera (no necesariamente escrita en papel) de las situaciones que podrían presentarse y cómo se resolverían; y con un conocimiento profundo del tema a tratar. La estrategia pedagógica sería la que mejor otorgue resultados en la adquisición del conocimiento, por lo que sería una exploración de alternativas constructivistas; e incluso, para casos focalizados, conductistas; de ejercitación de la memoria; cognoscitivitas; con aprendizaje por descubrimiento; y siempre intentando el de un aprendizaje significativo.


Por otro lado, sobre las propuestas de la RIEMS, el enfoque constructivista de las competencias tal vez podría desarrollarse en las competencias genéricas3 5 y 6 bajo el lema “piensa crítica y reflexivamente”; así como en la 7 correspondiente a “aprende de forma autónoma”[4]. Sin embargo, la garantía de que el estudiante APRENDIÓ se la da el hecho de que domina los contenidos; y no nos hagamos ilusiones falaces, si no domina los contenidos, no pasa el examen de ingreso a la universidad pública y solo estaremos “capacitando” alumnos para el trabajo, o como pomposamente lo dicen en la RIEMS: “para la vida”… sí, para la vida mediocre.




[1] Que se incorpora al conocimiento del estudiante porque pasa un análisis (de discusión) propio, de él mismo.

[2] Difundido por la Subsecretaría de Educación Media Superior de la SEP como parte del trabajo realizado por la Red Nacional del Nivel Medio Superior de la ANUIES.

[3] Pere Marques, Enseñanza programada: la perspectiva conductista. Folleto digital “Concepciones de aprendizaje” de la semana 6 módulo 2 de la especialidad.

[4] “Competencias Genéricas y el Perfil del Egresado de la Educación Media Superior”

LA REFORMA EDUCATIVA OBEDECE A UN INTERÉS POLÍTICO-ECONÓMICO DEL GRUPO QUE DIRIGE AL GOBIERNO

Quizá alguien todavía diga que la actual reforma integral de educación (a todos los niveles) solo tiene tintes académicos o quizá algún docente pretenda enseñar bajo los esquemas de una nueva reforma ignorando su evidente connotación política. Los maestros no debemos cerrar nuestra vista ante lo que es una política educativa nacional y debemos reconocer o analizar el contexto político en que se da. Así podríamos profesionalmente explicar cuál es la intención de fondo de la RIEMS.

No olvidemos que hoy en día una estrategia pedagógica nos invita a enseñar los contenidos contextualizados a nuestros alumnos, sería ilógico que los mismos maestros estudiemos una reforma educativa fuera de su contexto. Y dentro de ese contexto está, sin duda, el aspecto político como las siguientes notas lo evidencian:

1. La ex-titular de la SEP, Josefina Vázquez Mota, al momento de "renunciar" a su cargo de Secretaria de Educación pasó a ser coordinadora parlamentaria del partido en el poder (PAN). Una de dos, cuando funcionaria era una académica con dotes políticos o era una política con dotes académicos. Notas en:

http://www.jornada.unam.mx/2009/04/14/index.php?section=politica&article=008n1pol

http://www.jornada.unam.mx/2009/08/15/index.php?section=politica&article=009n1pol

2. El ex-subsecretario de Educación Media Superior, Miguel Székely Pardo, ha sido catedrático de la Universidad de Oxford, el ITAM y El Colegio de México. También fue asesor en política social para el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. En la Secretaría de Desarrollo Social, en tiempos en que su titular era también Josefina Vázquez Mota, Székely Pardo fue subsecretario de Prospectiva, Planeación y Evaluación. El nuevo Secretario de Educación decidió cambiar aquellos que como Székely no pertenecen al PAN. Ver la nota:

http://www.jornada.unam.mx/2010/01/13/index.php?section=sociedad&article=035n1soc

3. Finalmente hay que analizar con lupa la presencia del presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, el día en que Felipe Calderón anunció la RIEMS ¿Qué tiene que ver un Banco con una reforma educativa? ¿son cuestiones meramente académicas?

http://www.jornada.unam.mx/2008/02/22/index.php?section=sociedad&article=039n1soc

Aquí y en China (pasando por la Unión Europea, Cuba, y gringolandia) la política educativa obedece al interés político de la clase en el poder; así que la pregunta a discusión no es si una reforma educativa tiene connotación política o solo académica, sino más bien para qué sirve esa reforma: ¿para causar el bienestar común y progreso del pueblo gobernado o para el "bien-estar" en el gobierno de la clase gobernante?

PARA EL DIAGNÓSTICO: NUEVE MILLONES DE JÓVENES SIN ESCUELA NI TRABAJO, ANUIES

La Asociación Nacional de Escuelas e Institutos de Educación Superior (de México), ANUIES, dió a conocer que solo 3 millones de jóvenes en edad universitaria están en las escuelas de educación superior, y otros 9 millones de ellos no tienen trabajo ni están en las aulas universitarias.

Es decir, a nivel universitario se tiene una cobertura apenas del 29% por ciento según la misma fuente. Más información puede encontrarse en:

http://www.jornada.unam.mx/2010/06/08/index.php?section=sociedad&article=039n1soc

Por otra parte, hay que recordar que la misma ex-titular de la SEP, Josefina Vázquez Mota, en el discurso donde se anunció la RIEMS, dio datos inauditos: 600 mil jóvenes abandonan el bachillerato porque no tienen ingresos suficientes, un millón 600 mil, entre 15 a 19 años, no están ni en la escuela ni en el sector productivo nacional, y la cobertura del bachillerato es apenas del 58% dejando fuera a 2 millones 800 mil jóvenes. La nota se puede consultar en:

http://www.jornada.unam.mx/2008/02/22/index.php?section=sociedad&article=039n1soc